Escribo este post para contarles
algo que me llena de emoción. Esta semana deberían estar llegando a mi casa
tres paquetes de mensajería con distintos pedidos que me definen bien. Cuando
me di cuenta de ello, pensé que no es casualidad y quise compartírselos.
Hace algunas semanas le encargué
a mi amiga Ana
Laura unos juegos de joyería de fantasía que ella produce en papel bajo la
técnica de quilling, o filigrana. Ya de este punto hay mucha tela que cortar. La joyería
no tradicional es mi debilidad; cuando veo algo diferente en diseño o material
me gusta probarlo. Así que en cuanto tuve la oportunidad, hice mi pedido. Tengo
tiempo queriendo aprender a hacer diferentes
manualidades; así que en una de esas le digo a Ana Lau que me de unos
buenos tips. Finalmente, y desde una perspectiva un poco más profunda, el papel ha sido un buen compañero de mi
vida. Abiertamente reconozco que soy de la vieja escuela; considero que
leer y escribir debería hacerse en papel. Al menos para mí es súper placentero
plasmar mis pensamientos y emociones en una libreta a la mano que pueda leer y
releer cientos de veces, que pueda tachar, borrar y cambiar. Me gusta el olor
de un libro viejo; y también de uno que es abierto por vez primera. Son dos
aromas completamente distintos, pero igual de agradables. Y para nada estoy en
contra de la tecnología, me gustan las posibilidades que se abren con las redes
sociales y otros medios digitales. Si no fuera así, no me habría animado a
crear mi propio blog. Pero lo mío, lo mío, es el papel.
Y como lo mío es el papel, mi
espera tiene todo que ver con él. El segundo paquete que espero es un pedido
que le hice a Lety, de Criando Creando. Ya había visto que en su tienda virtual,
Lety ofrece libros de maternidad y
crianza que no son fáciles de encontrar en México. Como saben, nosotros
criamos a nuestro pequeño a partir del
respeto de sus tiempos y necesidades, rompiendo así con modelos tradicionales
que no nos satisfacen, ni a nosotros como padres, ni al Piojo como hijo. Bajo esta perspectiva, para mí es importante hacer
mucho trabajo interior para cerrar ciclos que no me permitan avanzar e informarme.
Estos libros me permiten cuestionar lo que quizá antes ni siquiera se me
hubiera ocurrido; y a partir de esas preguntas experimentar y encontrar qué es
lo que le sirve a mi familia.
El último paquete que espero es
también un libro. “Todo lo que alguna
vez” es una recopilación de
brevísimos poemas de mi queridísimo Edel Juárez. La idea surge de la restricción de Twitter para expresarte en tan sólo
140 caracteres; por lo que algunos textos provienen de su cuenta en dicha red social, y
otros más son inéditos. Debo confesar que ya tuve este libro en mis manos y es
una monada; en tamaño, diseño y sobre todo, en contenido. Hace unos días asistí
a un GRAN concierto (que merece un post completito) donde coincidí con Edel y
ahí me mostró el libro. Confieso que me dio mucha emoción tenerlo en mis manos;
pero el mío ya viene numerado y dedicado por paquetería.
Y ustedes, ¿encuentran una constante en su vida? ¿algún objeto que los
defina? Sobre los libros, ¿los prefieren impresos o digitales?
No hay comentarios :
Publicar un comentario
No te vayas sin expresarte...