Sin duda, agosto ha sido un mes
de grandes sucesos en nuestra vida.
A mediados de julio comencé con
un fuerte dolor en la parte baja de la espalda. Después de revisiones y
estudios, el traumatólogo diagnosticó esguince lumbar. Estuve usando por más de
un mes una faja bastante incómoda, tomando mucho medicamento y en terapia de
rehabilitación. Aún no me dan de alta, pero ya me voy sintiendo mejor. Esos
dolores que me tiraban casi todo el día en la cama ya han ido cediendo y hasta
me puedo dar el lujito de cargar por unos segundos a mi Piojo.
Y de verdad que me hace falta
cargarlo, aunque sea por unos instantes, pues de un día para otro dejó de ser
el bebé que yo seguía viendo y se convirtió en un niño muy grande. Todo de un
golpe.
Los primeros días de agosto el Piojo decidió que era el momento de
dejar el pañal. Compartí con las #mamastuiteras la emoción que me dio este
hecho y lo orgullosa que me sentí de mi hijo y de nosotros. Dedicaré un post
para contarles algunos trucos que nos sirvieron para que el proceso fuera súper
rápido y con el mínimo de accidentes. En tan sólo 5 días logramos un control
absoluto de la situación.
Otro evento fuerte en nuestras vidas
es que a partir del día 20 mi niño se integró a la vida escolar. Fue un cambio
dramático que poco a poco les iré relatando, pues la primer semana no la pasamos
nada bien. Afortunadamente, a punto de terminar la segunda semana puedo decir
que hemos superado la prueba y mi hijo se siente feliz en el kínder. ¿Cómo lo
sé? Porque es justo eso lo que le preguntó al recogerlo y de su propia voz
escucho que esta feliz. Además, lo veo en su mirada y en la seguridad que
comienza a sentir por las mañanas cuando se queda. Ha dejado de llorar y hemos
cambiado las lágrimas por sonrisas.
Me gustaría saber qué sucedió en este mes en tu vida, ¿por qué no me cuentas?
Me gustaría saber qué sucedió en este mes en tu vida, ¿por qué no me cuentas?