Hace algunas semanas decidimos
hacer una limpieza profunda de nuestro hogar. Lo hemos tomado las cosas con
calma debido a mi lesión de espalda. La casa es grande y a lo largo de los años hemos acumulado muchas cosas
que ya no ocupamos (algunas en buen estado y otras no tanto); así que avanzamos
lento pero seguro.
Un objetivo primordial que
teníamos era seleccionar juguetes en
buen estado que el Piojo ya no ocupara
para donarlos en diciembre, aprovechando que se celebra la Navidad. Vamos,
siempre es lindo saber que puedes hacer felices a otros niños; pero si puede
ser en una fecha tan especial pues mejor.
El trabajo no está terminado. Por
ahora, me dediqué únicamente a sacar peluches. Confieso que fue una tarea muy
difícil porque la mayoría no son del Piojo,
sino míos. Desde siempre me gustaron mucho y me ha resultado muy difícil
deshacerme de ellos. Así que cuando nació mi hijo tuve la excusa ideal para
conservarlos: que mi hijo jugara con ellos.
La realidad es que él tiene sus propios juguetes, sus propios peluches. Con
excepción de uno o dos, él no ocupa lo que yo he guardado por varios años.
Mis pequeños bebés se fueron
directo a la lavadora; en ciclo delicado para que su baño de burbujas fuera
placentero. Luego de secarlos al sol todos parecían como nuevos. No miento
cuando les cuento que a cada uno le di
un beso y les dije que estaba segura que irían a un nuevo hogar, donde podrían
jugar y ser felices junto a algún niño o niña que los querría mucho.
Hasta siempre mis bebés! |
El jueves se entregaron en la
colecta navideña del kínder del Piojo, que a su vez los harán llegar a uno de
los dos orfanatos seleccionados este año.
Nota: Con esta acción de desprendimiento cumplí la meta #26
de mi lista: Mis
30 antes de los 30.
¿Acostumbras hacer limpieza profunda en tu hogar antes de que termine
el año? ¿Qué cosas acostumbras donar? Me encantará que me cuentes…
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